El Ministerio de Universidades ha sometido a consultas un Proyecto de Orden para establecer un nuevo plan de estudios en la formación de Maestros/as de Educación Infantil (puede consultarse aquí) y Maestros/as de Educación Primaria (aquí). A la vista de la fuerte y diversa contestación que ya ha recibido el texto, parece que el citado Ministerio va a retirarlo, alegando la falta de consenso. Seguramente en ello ha influido también las críticas de algunos grupos, que han rechazado la escasa carga horaria para las materias de las ciencias de referencia (especialmente Matemáticas y Lengua, aunque lo mismo podría decirse de otras).
En todo caso el borrador pone de manifiesto una inquietante deriva tecnicista en lo que respecta a la formación de docentes. En el texto puede advertirse una exhibición de gremialismo en toda regla, junto a una miope perspectiva que considera que los maestros y maestros sólo tienen que aprender unas rutinas de dudosa eficacia en la práctica de la enseñanza y, por consiguiente, en el papel que les toca jugar en la educación: terminales ciegas que meramente ejecuten reglas provenientes del campo de la Pedagogía y la Didáctica, ajenos al significado social y cultural de los sistemas educativos.
En fin, es sintomático, y llama particularmente la atención, la desaparición de la Sociología de la Educación en la propuesta de plan de estudios, un conocimiento que –como ha puesto de manifiesto Xavier Martínez-Celorrio en un reciente artículo de prensa- es quizás el que más ha aportado al desarrollo y a la agenda de la educación, tanto desde el punto de vista teórico, como también desde el punto de vista práctico.